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Muchas personas ven como una anormalidad que alguien admita no tener ningún interés por el sexo. Ser asexual dentro de una cultura atiborrada de sexo puede ser un gran desafío para el 1% de personas asexuales en el mundo.
La asexualidad es una opción u orientación sexual.
Para la mayoría de personas sentirse sexualmente atraído por alguien del sexo
opuesto o el mismo género es algo tan normal. Sin embargo, no todos se
identifican con ese sentimiento y pueden llegar a pasar toda su vida o largos
periodos sin sentir el deseo o la necesidad de estar sexualmente con alguien.
Esta condición no significa que no puedan llegar a enamorarse, algunos
asexuales pueden llegar a sentirse románticamente atraídas por los demás y
desear mantener una conexión emocional con alguien. Tal es el caso de Gissela,
una joven de 32 años quien admite que nunca ha estado sexualmente con alguien:
“De hecho si me gustaría tener enamorado, pero sin sexo, es difícil encontrar a
alguien que acepte esas condiciones que para la mayoría es tan indispensable,
pero para mí no”, afirma. Así también existen personas que pueden sentir o
experimentar raramente atracción sexual, pero bajo ciertas circunstancias;
estas personas se alinean bajo la etiqueta de “demisexuales”.
La asexualidad en ningún caso puede entenderse como
“abstinencia” o “celibato”, dado que la asexualidad es una orientación sexual a
diferencia del celibato que es la elección de renunciar a los deseos sexuales
que obedece a un sacrificio motivado por la fe religiosa. Según la Real
Academia Española (RAE) el celibato es la condición de soltería, especialmente
la de quien ha hecho voto de castidad. El
voto de castidad es un compromiso espiritual y una lucha constante de reprimir
los deseos que pueden surgir. El celibato supone un desafío y sacrificio. Por ejemplo, los monjes budistas recurren a la
meditación constante para desvanecer el deseo carnal. Asimismo, los sacerdotes
y curas también suprimen esos deseos a través de la oración.
La patologización de la asexualidad
Algunos
profesionales de la salud médica tienden a interpretar la identidad asexual
como una patología, argumentando que su falta de deseo sexual obedece a una
enfermedad , deficiencia de hormonas o discapacidad.
El Médico peruano, quien no desea ser identificado
afirma que: “Existen muchas situaciones
clínicas que cursan con una disminución del deseo sexual, independiente del
sexo del paciente. Desde alteraciones en el desarrollo de los caracteres sexuales causados
por translocaciones o deleciones cromosomales o incluso cambios en la secuencia de péptidos en
las cadenas de DNA”. Dicho de otra manera, la falta o alteración de una porción
del material genético de un cromosoma pueden causar la ausencia de hormonas
sexuales. Además, agrega que también puede deberse a desórdenes de tipo
cognitivo conductual como al trastorno de personalidad esquizoide; trastornos
del estado de ánimo, como la depresión mayor o enfermedades psicóticas como la
esquizofrenia. En
otras palabras, son una patología.
Debido a que muchas personas asexuales son transgéneros
o bisexuales, algunos profesionales de la salud pueden atribuir su falta de
atracción sexual a una disminución de hormonas sexuales debido a una alteración
o aberración genética o argumentar desórdenes de tipo conductual, sin embargo,
si bien esas condiciones pueden influir en el deseo sexual no hace que la
identidad asexual se invalide o no exista.
Contacto: angela.montero@unmsm.edu.pe
Blog: Angela Montero
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